sábado, 27 de octubre de 2007

October break

Como ya os dije en esta semanita hemos pillado una furgoneta, que al final resultó ser una ford transit y nos piramos a recorer europa.En Vesteport, recién alquilada la furgoneta

Primero tiramos para Odense por el puente este superchulo que hay. Meterte en un puente grande en una furgoneta llena de ingenieros de caminos es algo increible: como babean los pobres...En Odense nos encontramos con los Erasmus españoles que andaban por ahí y estuvimos un rato de visita a la ciudad con ellos. Era domingo y estaba muerto pero bueno, que la ciudad tampoco es que fuera una locura. Tenía 2 iglesias que estaban al lado asi que tampoco había mucho que patearse y la estatua de Hans Christian Andersen, y también su casa, pero en este viaje también seguimos la política de "pagar yo?? amos anda..." así que entrar, en más bien poquitos sitios. Por la tarde ya nos bajamos para Hamburgo y llegamos pa ver un poco la ciudad de noche y buscar albergue. Tras perdernos un par de veces, pasar por las zonas más chungas de Hamburgo, llegar al albergue y comprobar que es una estafa, decidir ir al que está en la otra punta y por supuesto perderte unas cuantas veces más (como se echa de menos el gps...) llegamos al otro albergue que estaba bastante chulo, con vistas al puerto y tal.
Datos curisosos de Hamburgo: Como buena ciudad portuaria tiene una calle llena de puticlubs, sex-shops, barras americanas etc, y además y pese a que ibamos con mujeres nos debían ver cara de posibles clientes porque estaban todo el rato dando el coñazo. Más cosas: las hamburguesas NO son típicas de hamburgo. Parece una polléz pero una chica de las que venían con nosotros estaba convencida de lo contrario, y si se lo preguntas a un hamburgues puede que piense que eres gilipollas.
¿Qué hay por hamburgo? Pues un puerto (del que también nos hablaron mucho los camineros) y algun picuruto. También un túnel que te lleva desde la parte bonita de la ciudad hasta el medio de la zona de carga del puerto , pero como una hamburguesa que es la novia del alemán de mi piso nos dijo había una sightseeing muy mona pues pa allá nos metimos. El túnel tiene su punto pero cruzarle como que no es muy interesante.
En el barco, dando una vuelta por el puerto.

Por la tarde como tampoco nos quedaba mucho que hacer por hamburgo tiramos pa Bremen, llegamos justito cuando se estaba poniendo el sol pero hay que reconocer que la plaza esta chula. Nos hicimos la foto de rigor con los trotamúsicos (que tampoco es que sea impresionante) y ala, a Berlín. Las autopistas alemanas tienen la gracia de que estan muy cuidadas y tal, pero tú vas tan feliz con tu fugoneta a tope y de pronto y sin avisar te cortan un carril porque le están asfaltando y el frenazo que hay que dar está gracioso. En berlin encontramos el albergue sin demasiada dificultad. Un buen truco que me enseñaron es para cuando llegas a una ciudad y no tienes ni idea de a donde tirar es parar en los hoteles a pedir un mapita. Nada más llegar al abergue nos encontramos con los otros de la DTU que andaban haciendo un viaje similar pero en tren y esa noche y el día siguiente estuvimos todos juntos en manada (15).Todos (o casi) celebrando la toma de Berlín por los rusos
A la mañana siguiente tocó pateo por Berlín que entre lo poco que me acordaba y que ha cambiado bastante la ciudad era como ir por primera vez. Esto de aquí al lado es el museo del holocausto. Por lo que se ve si caminas entre las piedras te da una sensación de agobio, inquietud y desorientación similar a la que tenían que sentir los judios en aquellos tiempos. Si caminas por encima de las piedras todo lo que consigues es que muy amablemente venga el segurata a echarte. Y por supuesto cuando te pregunten de donde eres que no has recibido ningun tipo de educación, siempre Italian. Esta vez pudimos ver tranquilamente todo lo tipico: Puerta de Brandemburgo, la cosa esa que es como una columna que sigo sin saber como se llama, Postdamer Platzs (esto es nuevo!), y en fin esas cosillas. También han puesto muchísima más información al muro, pero después de 6 horas andando no apetece parecerse mucho a leerse carteles. Habrá que volver a Berlín otra vez más, supongo. A la mañana siguiente ya tirabamos para Praga. Intentando reservar el albergue de Praga y otras dos noches en Berlín para al vuelta desde en el que estábamos el alberguista nos intentó obligar a que se lo pagasemos todo por adelantado. Logicamente nos negamos, la conversación fue subiendo de tono, y las tres chicas (la primera mañana en Berlín vino otra en avión) estuvieron ahí "razonando" con el alberguista a gritos. Al final el tío nos dijo que si queríamos nos reservaba para Praga pero que a este albergue nosotros no volvíamos. Seguia haciendonos pagar por adelantado y como hasta ahora a la aventura nos habia ido bien pues así seguimos.
Y por fín llegamos a la Republica Checa. La verdad es que llegamos de autentica coña porque como suponíamos que la gasolina sería muchísimo más barata que en alemania estiramos el depósito hasta el máximo. Cuando (por fín) llegamos a una gasolinera entendimos porque no hay una nada más cruzar la frontera, y es que la gasolina vale casi lo mismo en un lado que en el otro. En la gasolinera también pudimos volver a disfrutar con la típica hospitalidad checa...
Una vez en Praga otra vez la busqueda de albergue, pero ya con la práctica que llevábamos encima no costo demasiado, solo que esta vez estaba también el plus de tener que cambiar los euros a coronas. Llegué a tener 3 tipos de coronas (checas, danesas y suecas) y euros en una misma cartera, el monedero de un hombre de mundo. En Praga comimos un buen cacho de vaca, cosa que no haciamos desde España y luego por fin pudimos comprobar que la otra leyenda sobre Praga sí es cierta: La cerveza es más barata que el agua. Bueno, realmente no se si es más barata que el agua porque mucha no pedimos pero es verdaderamente barata. El cambio está actualmente a unas 27 coronas checas/euro y por supuesto pedimos la de 18 y bien rica que estaba. El primer dia que fuimos al Aida era un antro con 3 viejos borrachos solitarios, pero el jueves que fuimos más pronto estaba ahi toda la juventud de praga. Por último, interesante de Praga (ademas de sus palacios, iglesias etc) queda una discoteca de 5 plantas a la que fuimos el jueves y por lo que se ve es visita obligada para todo viaje fin de curso (menos el nuestro claro) que se precie. Ahi me encontre a una mujer con manguitos y chubasquero bailando sola por el mundo. Por ahora lo más pintoresco que me encontrado nunca...Y ya el viernes tiramos para Berlín de nuevo, aunque yo realmente me quedé con ganas de como mínimo un día más por allí, que la verdad es que la ciudad da más de si que dos dias...
A la vuelta además de perdernos y meternos por un puerto en el que estaba nevando y una curiosa sensación de que la furgoneta no se pegaba a la carretera (por supuesto conducía yo) pasamos por Dresden, ciudad que sigo dudando si visitamos en el viaje de fin de curso o no. Yo creía que sí, pero desde luego nada me sonaba lo más mínimo.