viernes, 7 de septiembre de 2007

Patatas frías y cervezas calientes: gastronomía y cosillas sueltas

Hasta el viernes hice tan pocas comidas que todavía me acuerdo de ellas, y lo peor de todo es que la única medianamente potable fue el sandwich que nos dieron el lunes nada más llegar. Llego el martes, son las 12:30 de la mañana (hora de comer) y por ahora desde las 7 de la mañana del día anterior solo llevo una napolitana y colacao, el sandwich ya dicho, un té y una rebanada de pan con mantequilla. De comer hay buffet, bastante variado la verdad, y es una pena que no le hiciera una foto al plato que me puse porque tenía una pinta estupenda. El problema era la decepción que suponía probarlo. A la cena la misma historia, de verdad que es traumático el ir a comer unas patatas que parecen fritas y ricas y descubrir que están cocidas, con un regusto a dios sabe que y encima duras. El miércoles en Copenhague fuimos a cenar (6:30) a un buffet italiano. Otra vez la misma historia, ya tenia ganas de llorar. Había algo que parecían espaguetis a la carbonara y realmente creo que eran algún tipo diabólico de verdura cortado para que pareciesen espaguetis, unos calzzones que estaban rellenos de nada (vamos, que eran cachos de pan) y otra vez patatas (pero esta vez ya me la veía venir y pillé pocas). Aun así me lo comí todo (tenía mucha, mucha hambre).
La cerveza en los bares te la ponen bien, el problema era en la universidad que no se les ocurría lo de meter antes al frigorífico las latas. Por cierto, si quieres un pedo rápido, dos latas de Carlsberg calientes y ya veras que mareo mas guapo te coges.
Por ultimo el viernes, y ya con bici, decidí saltarme las charlas de introducción e irme en busca del súper (que esta en el puto culo por cierto). Aún así, la maldición me persigue. Mirad que sandwich más majo:
Pues bien, sabia también asqueroso. Aquí la culpa fue también un poco mía. La lechuga, por muy mojada que venga en la bolsa, hay que lavarla y no suponer que ya lo han hecho por ahí si no quieres comer un bocadillo de tierra. El otro problema es el pan este negro, que no me acaba de convencer. De carne y pescado fresco hay bastante poco. Me tuve que comprar medio kilo de carne creo que de cerdo ahumada o algo así por 50 coronas, que oh! sorpresa, se deja comer. Luego también está lo divertido del idioma: me compre un tarro de mostaza que cuando llegué a casa se convirtió en un tarro de arenques en mostaza, que menos mal que me gustan…
Otra cosa que me parece curiosa, aquí tienen cuatro tipos de leche: desnatada, semi, entera y super-entera. Cogí la botella de entera y ya me parecía estar tragando nata a bocados, la próxima vez creo que me la voy a jugar a la super-entera, que igual ya se puede hasta montar…

Ahora sí: el viernes de la introduction week.

lunes, 3 de septiembre de 2007

La introduction week (martes-jueves)

Bueno, de esto podría estar días contando y la verdad es que tampoco ha sido muy jugosa. Desde luego ha sido intensa, y la razón para que no me diera tiempo a hacer absolutamente nada más. Me hizo ver que puedo sobrevivir durante 4 días comiendo una vez al día (si hay suerte) y además pura mierda (pero de esto ya hablaré en otro momento también). El martes te presentan a tu grupo que básicamente son la gente con la que vas a estar el resto de la semana, al margen de los de tu propio país. Por cierto que mirando las listas de la gente que ha venido a la introduction week los españoles somos claramente de lo que más hay, seguido de franceses, italianos y alemanes, pero vamos, a bastante distancia. La verdad es que hay gente de casi todas partes. Por supuesto, dado que es una escuela de ingenieros una inmensa cantidad de la gente son hombres. Y nada, durante estos 3 días te recorres la universidad, haces papeleo, hablas un poco con la gentecilla, concursos chorras y una visitilla a Copenhague, pero todo a tal velocidad que no da tiempo a digerirlo. Como concurso teníamos que hacer una torre con vasos de plástico, hojas de papel, globos, papel albal celo y cuerda, y luego que aguantase cervezas encima. La formula para saber quien gana es: puntos=(altura en cm.)3 x nº de cervezas que puedes poner encima de pie sin que se caigan. Si un día os veis aburridos ya sabéis. Haciendo la torre fue cuando me di cuenta finalmente de que no se hablar absolutamente nada de inglés: cualquier intento de compartir mis ideas con el mundo fracasaba. Y si queréis darle aún más emoción al juego también sabéis cómo. Aun sin mi colaboración la verdad es que la torre quedó bien bonita, y por cierto, aguantó cosa de 20 cervezas.

Volviendo al inglés es lamentable la imagen que damos al exterior: absolutamente todo el mundo es más o menos bilingüe menos por supuesto nosotros, que parecemos sacados de una película de Alfredo Landa, y franceses e italianos, que lo mismo, nos siguen pero están muy lejos también en esto.
Por último la gente: la gran sorpresa para mi fueron los polacos y lituanos (estonios y letones no se porque no tenia en mi grupo). Son la alegría de la huerta, mientras así más o menos el resto son tirando a sosillos (menos los españoles también, claro está) estos quieren todo el rato fiesta. Una cosilla: este análisis por nacionalidades está basado en unas 20 personas, así que igual no es muy fiable…
El jueves empecé a soltarme del yugo de las tareas organizadas y le compré una bici (¡mi bici!) a un español que ya se iba de vuelta para allá. 350 krakis (aunque aquí son más de llamarlas crauns), haced la cuenta. En principio iba a costarme 400, pero como no frena adelante pues me hizo una rebajilla, una rebajilla que me va a costar bastante más de 50 coronas porque ya he estado bastantes veces a punto de matarme con la gracia de que la bici no frena, que la curva se acerca, el suelo esta mojado y si freno mas de atrás derrapo, que me como el muro, y gracias a dios tras un giro espectacular y rezar que en ese momento no pasase ningún coche pues sigo vivo. Actualizo: ha habido más intentos de hostia y cada día más y más pintorescos. Hoy ya ha sido algo increible: llevaba el abrigo en la mano derecha y con la izquierda el manillar, pues bien, tenía que frenar y no se me ocurre mejor idea que cruzar la mano izquierda y apretar el freno (recordemos que freno de atrás, mano derecha). Paso lo que tenía que pasar, se me ha cruzado el manillar y he salido despedido hacía delante. Lo curioso es que he caido de pie cual gato. Voy a una media de 3 intentos de hostia/día por lo que calculo que dentro de poco me romperé. También hay teorías de que subsconscientemente fuerzo estas batallitas para después poderlas contar, de todas maneras, si algún alma caritativa quiere mandarme dos zapatas para la bici (aqui son muy caras, 70 coronas), mi dirección es Lundtoftevej 210 ES 512, 2800, Lyngby.

Próximamente: …y mojaron a los gremlins (introduction week: viernes)