domingo, 7 de septiembre de 2008

Ya no somos Erasmus

Llegué el viernes y coincidía que era la fiesta de las carpas y para allá que fuimos. Por fin conocimos a los nuevos Erasmus, pero la verdad que fue un poco triste porque era imposible evitar las comparaciones. No tiene sentido, pero tu llegas allí y esperas ver la misma gente que el año pasado, o al menos nuevas versiones de los mismos, con bigotes postizos o cosas así, pero evidentemente no, son otros. Te dicen “… viene de ICAI” y te das la vuelta y esperas una mujer pero no, es un hombre, y que coños haces estudiando informática?? Tú tienes que ser industrial!! En fin, superado este bajón inicial también te das cuenta que tú tampoco eres el mismo del año pasado; como poco has pasado aquí 10 meses y no se puede pretender lo contrario, esto no es nuevo para nosotros, simplemente ya lo hemos vivido y fue irrepetible.
El sábado, aprovechando la enorme resaca que teníamos encima (las crisis existenciales no impiden pasártelo bien) empezamos a limpiar un poco la casa, recogiendo las miles de bolsas que hay por todas partes, por cierto con cosas de más gente de la que se supone que va a vivir aquí, septiembre tiene pinta de que va a ser un mes movidito, pero eso ya vendrá luego… Luego por la noche me di cuenta de el enorme aumento en calidad de vida que hemos tenido: Llegar al salón y ver la mesa puesta con copas, vino, un surtido ibérico, tortilla de patatas y demás manjares; mirar por la ventana y ver copenhague justo debajo a través de una ventana llena de velas, incluso mantener una cena en ingles pese a que eramos tres españoles solo porque hay una americana con nosotros, no me lo podía creer. Y esto ya si que fue la revolución: Salimos y no fuimos al Kulørbar, ahí queda eso.